No hay semana en que no reciba varios emails o mensajes en Facebook de asistentes a seminarios o de alumnos de las escuelas de negocio en las que doy clase. Normalmente, son peticiones de consejo y mensajes de agradecimiento. Pero a veces sucede que alguien te expone una situación personal que inspira más respeto que una tormenta en alta montaña y más vértigo que asomarse desde 30.000 pies, la altura a la que voy recorriendo el planeta.
En realidad, yo me dedico a hablar sobre innovación y sobre cómo transformar empresas. Pero, por alguna razón que se me escapa, cada día me escriben más personas valiosas que se encuentran atrapadas en puestos de trabajo mal diseñados, que no sacan partido a su talento y que les matan de aburrimiento. Están bloqueados y piden a gritos inspiración.
No sé si llamar a esto casualidad o sincronicidad, pero todo lo que me cuentan me está sirviendo para el libro que empecé a escribir en enero y al que espero dar un buen empujón este verano, entre Miami y Boston.
Gracias a los que me habéis inspirado con vuestros relatos y a los que estáis a punto de hacerlo.
Alvaro! (te tuteo porque tus palabras no podrían ser más próximas a mis sentimientos y experiencias) No sabes lo identificada que me siento con cada uno de tus post, artículos, etc. Pertenezco a esa generación que está viviendo "los treinta años más fascinantes de la historia" y estoy "atrapada en mi puesto de trabajo". Efectivamente; lo tuyo es hablar de innovación, pero ¿dónde se necesita más innovación que en la gestión de las personas y de su trabajo? Mi empresa sabe mucho de innovación, pero en la gestión de personas veo que tenemos mucho que aprender, y estoy convencida de que es la baza ganadora, ahora más que nunca.
ReplyDeleteFelicidades Alvaro.
Estoy deseando leer tu libro.