La sala estaba a rebosar de directivos y empresarios, pero lo que más ilusión me ha hecho ha sido el comentario de la azafata que estaba en el aula: "Me ha encantado la conferencia, ha sido muy amena".
De repente se me ha ocurrido que la opinión de las azafatas es un buen termómetro para medir el interés de una sesión. Las pobres se pasan muchas horas de pie y no deben tener ganas de escuchar irrelevancias.
La presentación que he hecho se puede descargar aquí.
Esta mañana asistí a la charla que diste en Caixanova. Me ha gustado mucho. He sentido curiosidad, así que entré en tu blog. Estoy de acuerdo con el comentario de la azafata. El público es toda la sala. Si la azafata no te sigue, los demás probablemente tampoco.
ReplyDelete¡Olé por la azafata! No sabemos si le resultó o no relevante la conferencia, pero sí amena. No es eso con lo que me quedo (más que nada porque no dudo de que seas ameno en tus conferencias, y estoy convencida de que hablas de asuntos relevantes). Me quedo con esa actitud maravillosa de decir lo agradable, aunque no haga falta y se dé por sentado. En muchas empresas, hay ocasiones en las que las cosas no van bien por un mal ambiente, por una frustración generalizada, por una falta de motivación... Por supuesto hay otros factores para que las cosas no funcionen pero éste, el humano, es básico, y desgraciadamente muchos directivos aún no han aprendido a fomentar esa actitud en sus empresas. Reconocer un trabajo bien hecho, sonreir a tus empleados al darles los buenos días... ¡Ay, con lo fácil que es, y encima gratis!!!
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