La única manera de ser rentable a medio plazo es ser capaz de ofrecer al mercado una diferenciación sostenida. Puedes optar por singularizarte en unos costes medios ajustados y competitivos (con el riesgo de que ese modelo es relativamente fácil de imitar por otros competidores), o puedes singularizarte por ofrecer un valor añadido a tu producto o servicio que el mercado esté dispuesto a comprar a un precio superior.
La diferenciación es un imperativo si operas en el mercado de la abundancia, en el que la oferta supera a la demanda.
Desde el punto de vista del marketing, lograr que el mercado te perciba como diferente es la mejor receta contra la irrelevancia. El mercado está saturado de productos y servicios que carecen de singularidad y que se ahogan unos a otros en sus propias campañas publicitarias, repetitivas y clónicas.
Adivina cuál de los coches que aparecen en esta foto se convirtió en objeto de conversación para los conductores de la M-30, el pasado sábado.
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