November 30, 2010

"Everyday people changing the world"

Imagínate que lo primero que ves al despertar son los cuerpos de tus hijos sobre colchonetas esparcidas por el suelo. Imagínate que por el grifo del agua caliente siempre salió agua fría. Imagínate que las casas de tus vecinos compiten en cochambrosa inestabilidad con la tuya propia. Imagínate que huele a cloaca. Imagínate que tienes que caminar varios kilómetros para llegar a la carretera. Imagínate una música atronadora saliendo de coches desvencijados que salpican en los charcos. Imagínate que viajas casi dos horas en un autobús abarrotado para llegar a la fábrica. Imagínate qué hacen y qué aprenden tus hijos, mientras tanto, en la calle. Imagínate toda una vida con la tristeza instalada en la cara…































Y ahora imagínate que el próspero empresario para el que trabajas está proyectando comprar un terreno algo alejado de la ciudad, en un lugar hermoso. Y va a construir viviendas para obreros como tú. No serán lujosas, simplemente dignas. Cuando te mudes con tu familia allí, sólo trabajarás cuatro días a la semana, pero diez horas al día. Dormirás en tu nueva casa cuatro noches y pasarás tres días a la semana con tu familia. La empresa proveerá unos autobuses para llevarte a la fábrica. Y dispondrá de unas instalaciones adecuadas para que duermas allí las tres noches restantes. En el tiempo libre tras el trabajo, tendrás espacios y actividades de formación y de entretenimiento. Y tus hijos, desde la nueva aldea, podrán acudir a la escuela de una población cercana. Y al hospital. Imagínate que tus hijos van a la universidad…

Imagínate que hay empresarios que quieren cambiar el mundo. Yo conocí a uno la semana pasada en Medellín (Colombia). Un héroe de andar por casa al que debería seguir la pista CNN heroes. Tal como ha hecho con Anuradha Koirala, otra "persona corriente" que está luchando contra el tráfico y la explotación de mujeres:



¿Qué planes tienes para cambiar el mundo en los próximos 30 años? Piénsalo mientras escuchas These are the days, de Sugarland:

November 21, 2010

Medio millón de emprendedores



A mi los argentinos me caen muy bien. En términos generales, me hacen gracia, me gusta su estilo y me parece que tienen una energía y una creatividad contagiosa, quizá potenciada por la necesidad de manejarse en contextos inestables...

La semana pasada, después de un viaje a Santa Cruz de la Sierra y Santiago de Chile, estuve en Buenos Aires impartiendo un seminario en el Centro Metropolitano de Diseño, en colaboración con el IAE Business School. Me encontré con un puñado de emprendedores en la industria de la moda que me recordaron a los alumnos de ISEM Fashion Business School: inquietos, despiertos, con ideas y con muchas ganas de convertirlas en modelos de negocio de éxito.

He metido en la coctelera todo lo que he visto, leído y escuchado en los últimos años sobre la industria de la moda y creo que el péndulo que ha llevado al sector a la globalización de las tendencias se va a empezar a mover más temprano que tarde hacia la otra dirección... 

Es indudable el éxito mundial que han alcanzado retailers como Inditex, entre otros, en la última década. Pero a su rebufo se ha sumado una colección de especialistas en el "karaoke" de la imitación que ha inundado el mercado de una uniformidad en las propuestas y estilos que avanza desde la fascinación hacia el bostezo. Y yo veo en este fenómeno una oportunidad histórica para jóvenes emprendedores con la capacidad de lanzar propuestas verdaderamente nuevas y de sostenerlas con modelos de negocio "ligeros", que nos les exijan crecer demasiado para ser rentables, que mantengan vivo el valor de la "escasez", que rompan con la "uniformidad global" de las grandes cadenas, y que sirvan para distribuir entre más personas los formidables ingresos que proporciona este sector.  

A la industria de la moda -¡y a muchas otras!- le hace falta medio millón de emprendedores. Piénsalo mientras escuchas The Sweetest Thing:

November 17, 2010

¿Cuál es tu cuota de fascinación?

En la industria alimentaria se utiliza el concepto de “cuota de estómago” para referirse al espacio que una empresa logra llenar en el estómago de los consumidores. De modo que una marca de cerveza no compite sólo con otras marcas de cerveza, sino también con marcas de café o de vino, a la hora de hacerse con más centímetros cúbicos en la limitada capacidad diaria que tiene tu estómago de ingerir líquidos. 

Se me ocurre que tu “cuota de fascinación” es la limitada capacidad semanal que tienes de fascinarte con un producto o servicio que has conocido offline, que ha aparecido en tu muro en Facebook o que te han twitteado. He repasado mi “historial online” y creo que mi cuota se llena con dos o tres piezas relevantes a la semana: sea un vídeo inspirador de TED, el servicio excepcional que me ha proporcionado la aerolínea LAN Chile, o el hallazgo de un modelo de negocio innovador que pueda mostrar en mis clases, como el de la empresa de perfumes LE-LABO

Mi intuición es que, dada la explosión de herramientas digitales de comunicación y el progresivo desembarco de las marcas en las redes sociales, conviene revisar la periodicidad de los intentos de fascinar a los consumidores, ya que resulta inopinado lograrlo con excesiva frecuencia. Lo cual -en términos de “cuota de estómago”- equivaldría a tratar de llenar el estómago de tus consumidores exclusivamente con Johnnie Walker, y huelga decir con qué consecuencias… 

Hace años me advirtieron de la importancia de saber manejar los silencios cuando se habla. Y creo que a todos -a las marcas y a ti y a mí- nos convendría reflexionar al respecto... con este vídeo refrescante como banda sonora: