A la hora de transformar una organización, un directivo debe plantearse qué estado de ánimo tiene su equipo. En muchas empresas sucede que a los empleados con un talento medio (normalmente son la mayoría) sólo se les plantea un reto medio, y en consecuencia, acaban acomodados.
Y con gente acomodada no se transforma una empresa. Por eso, es responsabilidad de los directivos mover las palancas adecuadas para retar a sus empleados con responsabilidades y proyectos que les creen expectación, es decir, una sana tensión entre lo que han logrado y lo que está aún por lograr.
La experiencia demuestra que la mejor manera de desplegar el talento es incrementando el nivel de reto.
Bueno, mejor te lo cuento en un vídeo.